Cuadros para dormitorios
En el dormitorio, la decoración con cuadros debe orientarse a la calma y la intimidad. Las obras con paletas suaves —azules claros, verdes delicados, grises o tonos arena— refuerzan la sensación de descanso. Colocados sobre el cabecero, en formato horizontal, aportan equilibrio y serenidad. Los lienzos pequeños en serie también son una buena opción para crear ritmo visual sin sobrecargar el espacio.
Otra manera de dar vida al dormitorio es elegir cuadros que introduzcan un sutil elemento narrativo. Piezas abstractas con trazos fluidos sugieren movimiento onírico, mientras que escenas minimalistas de paisajes abiertos evocan libertad y amplitud. También resulta inspirador combinar obras en diferentes formatos —un lienzo vertical junto a otro cuadrado, por ejemplo— para romper la monotonía y generar un punto focal. La clave está en que cada cuadro dialogue con la atmósfera de descanso, sin imponer ruido visual, pero aportando carácter y poesía al ambiente.
